20 enero 2013

Ave Fénix o el eterno retorno





El fénix (griego antiguo: φονιξ) correspondiente al Bennu egipcio, es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe (En árabe: العَنْقَاء Al- Anka).

El mito del ave Fénix ha alimentado la existencia en el Más Allá en diferentes y muy variadas culturas y religiones a la larga de la Historia. A modo de ejemplo la existencia del Fénix ha sido citado por los sacerdotes egipcios de Heliópolis, el griego Heródoto, los escritores latinos Plinio el Viejo, Luciano, Ovidio, Séneca y Claudio Claudiano, o los cristianos Pablo de Tarso, el Papa Clemente de Roma, Epifanio o San Ambrosio. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación, y la inmortalidad. Según el mito, poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas.


Para Heródoto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave viajaba a Egipto cada quinientos años, y aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir, para depositarlo en la puerta del templo del Sol.


Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo que ardieran éste y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.


Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.

Para San Ambrosio, el ave Fénix muere consumida por el Sol, convertida en cenizas de las que renace, después de arder su cuerpo, como un pequeño animal sin miembros, un gusano muy blanco que crece y se aloja dentro de un huevo redondo, como si fuera una oruga que se vuelve mariposa, hasta que dejando de ser implume se transforma en un águila celeste que surca el firmamento estrellado.


Durante el reinado del emperador Claudio, un supuesto Fénix fue capturado en Egipto y trasladado a Roma, donde éste mandó exponerlo. Nadie se lo tomó en serio.


En la mitología china, el Fenghuang, aunque no tiene similitudes con el Fénix, ha sido denominado el «Fénix chino» por algunos occidentales, siendo una criatura con cuello de serpiente, el cuerpo de un pez y la parte trasera de tortuga. Simboliza la unión del yin y el yang.


Una vez hecha una introducción del mito del Ave Fénix entremos en materia… Lo que me ha llevado a escribir este post y es de una sensación, de un proceso de transformación que estoy viviendo en este momento. Una transformación hija de una crisis en las que todo mi mundo parece haberse venido debajo de forma súbita en los últimos meses… Y que quiero compartir con vosotros, quiero compartir con vosotras… porque además estoy seguro que no estoy solo en esto… Ahora mismo habrá decenas, miles, millones de personas en este planeta que estén viviendo esto:


“Has encontrado la Luz, te sientes seguro, equilibrado, confiado, pleno, estás volando... de repente te retiran la Luz, intentas evitarlo, "luchas", pero es inevitable toda tu vida se desmorona y te sientes solo. Nada parece tener sentido. En ese momento al perder la conexión con la LUZ, con al perder la conexión con la Fuente dejas espacio para la mente, para que el ego entre cómo “Pedro por su casa” y se apodera de ti... manipulando a tu SER y llenándote la cabeza de cosas malas... que solamente suceden en tu cabeza al menos en la grandísima mayoría... Estás empezando a enloquecer... vives una especie de división entre dos realidades que confluyen en tu interior (tu Ser y tu Ego)… hasta que al final sientes que mueres... pero con ello también muere tu EGO y sus intentos de dominarte por completo para siempre... caes en un profundo "sueño" y de repente surge la chispa en tu interior... estás renaciendo... Sigue tu corazón...


AVE FÉNIX o la historia del eterno retorno a través de la rueda de la vida y la muerte a través de diferentes encarnaciones físicas (a veces en una misma encarnación física puedes vivir, morir y renacer varias veces)... Todos tenemos un dharma particular, único de cada alma y un dharma universal común y compartido por todas las almas que encarnan en este plano para vivir una experiencia humana... El dharma universal es aprender a trascender el ego a través de distintas vidas. Cuando lo haces ya no vuelves a encarnar en la Tierra... Eres SER y solamente SER todo el tiempo... El Ego ya murió en ti y con ello todo el sufrimiento de este mundo...


Postdata: En este año recién empezado prometo y me comprometo a escribir mucho en este blog. Y a ir puliendo y mejorando el diseño y la presentación así cómo los contenidos. Hasta ahora no lo había hecho. Lo tenía abandonado solamente compartía vídeo en el mismo y poco más. Pero ha llegado el momento de hacerlo.


16 enero 2013